miércoles, 15 de octubre de 2014

Con don Quevedo

Una monja en un convento está escribiendo una carta a Monseñor y no sabe si ponerle Monseñor o don Monseñor; así que para no meter la pata, le pregunta a la madre superiora:
—Madre, ¿Monseñor se pone con don?
 La madre le dice:
—Pero por supuesto que se pone condón hija; si no, este convento sería una guardería.

Lo llaman disociación, y puede dar lugar a chistes o historietas hilarantes como el anterior.

Es también el caso de aquella anécdota que se cuenta de Quevedo, que llamó coja a la reina de turno… con sutileza. Se presentó ante ella con un clavel en una mano y una rosa en la otra, y le espetó:
—Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja.

Viéndolo así por escrito, ninguna reina se molestaría por el pareado que le dedica el insigne poeta. Ahora bien, si el pareado no está escrito sino que el insigne poeta lo recita y, además, el insigne poeta tiene fama de meterse con los poderosos siempre que puede y, encima, la destinataria del pareado cojea, a lo mejor la reina ya empieza a amoscarse un poco… A menos que le haga tanta gracia el equívoco, que el amoscamiento quede compensado.

Estos episodios muestran que, en ocasiones, lo dicho y lo escrito no necesariamente transmiten el mismo mensaje, aun siendo la frase la misma. Y es que, en lo escrito, el comienzo y el final de cada palabra no ofrecen duda, y las pausas están perfectamente marcadas. Lo que no es el caso de lo dicho: las palabras se enlazan con la de delante y la de detrás y, en ocasiones, pueden dar lugar a malas interpretaciones.

Esto de modificar el significado de una palabra o frase agrupando de distinta forma sus sílabas es un mecanismo presente también en las adivinanzas. Unos ejemplos que seguramente conozcas:
—Oro parece, plata no es. ¿Qué es?   [plátano]
Y lo es y lo es y no lo aciertas en un mes.   [hilo]
Este banco está ocupado por un padre y por un hijo. El padre se llama Juan, y el hijo… ya te lo he dicho.   [Esteban]

Otro episodio de frase equívoca, este bien real, lo protagonizó una campaña institucional de Telemadrid, cuando Esperanza Aguirre era presidenta de la Comunidad de Madrid:


En este caso, basta con decir la frase en voz alta, cambiando un poco la acentuación de la primera palabra, para que el mensaje transmitido sea diferente:

Espe jode lo que somos

Para quien no lo sepa, cabe decir que a Esperanza Aguirre se la llamaba popularmente Espe.

En fin, que la campaña duró lo que tardaron los operarios en eliminar todos los carteles que acababan de colocar. Y lo curioso del caso es que un responsable de la campaña comentó en algún medio de comunicación que el lema con el que habían estado trabajando era "Reflejo de lo que somos", pero que a algún lumbreras, con mando en plaza, supongo, se le ocurrió cambiarlo en el último momento. Se lució, vamos. ¡Cosas de la vida!

No quiero terminar sin dejarte unos cuantos ejemplos más de palabras y expresiones disociadas para que te animes a crear una historieta, un chiste, una adivinanza… que den lugar a un equívoco. Ahí van:
-       suministro | su ministro
-       envergadura | en verga dura
-       Extremadura | extrema dura
-       envaina | en vaina
-       demente  | de mente
-       esconde | es conde
-       hacendados | hacen dados
-       socialista | socia lista

¡Anímate! Y me cuentas el resultado, ¿vale?

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